Reorientando el neofolk
Steelwork Maschine – septiembre de 2019 – neofolk - SMR 019
Wilgeforte
No Dominion
Caecillia Said
Pure Love
Shedu
Memory Of Walls
Adrift
Black Flag
El trío galo Lisieux presenta su segundo trabajo en estudio. “Psalms of Dereliction” cultiva un armazón acústico de aires neofolk en combinación con un acertado toque de heavenly voices. Lisieux eleva ocho cortes ensoñadores y enérgicos. Una acertada apuesta del sello Steelwork Maschine.
Lisieux es una banda proveniente del suroeste de Francia. Sus orígenes se remontan al año 2016, momento en el que publican una casete homónima en forma de demo. Más allá de la limitación de esta edición que se redujo a únicamente 50 ejemplares, la banda dejaba bien definida la orientación de su estilo, el cual se inclinaría hacia las raíces neofolks de bandas como Death In June o Sol Invictus y voces femeninas que se encargan de dulcificar la rudeza inherente en la cadencia de guitarra que impera en el primer género citado. El resultado de todo esto es un estilo cultivado anteriormente por combos como The Moon And The Nightspirit, pero aportando una estética sonora más martial-folk dentro de los lindes marcados por el sonido de las guitarras acústicas.
Tres años más tarde, el sello francés Steelwork Maschine ha decidido prensar su segundo disco en formato vinilo y ampliar su producción, lanzando al mercado una tirada de 200 ejemplares en vinilo blanco. Psalms of Dereliction es un trabajo ambicioso y profesional en el que se perfecciona el esquema acústico planteado en su primera casete. La nueva oferta de Lisieux sorprende por su energía y una inusitada frescura que se encarga de oxigenar a un género tan hermético como es el neofolk. Está compuesto por ocho propuestas -cuatro por cada cara- en los que vamos a descubrir unas claras influencias hacia bandas como los ya citados Death In June, sobre todo en lo referente a la cadencia instrumental y las líneas melódicas que juega la guitarra. La banda abraza este paralelismo para fundirlo con la voz de Antoine R, que ocasionalmente consigue evocar el timbre de la siempre mítica Rose McDowall cuando descubres cortes como el que cierra el trabajo, «Black Flag».
Cierto es que no podemos hablar de una inusitada originalidad estética, pero cierto es también que dentro de unos muros tan firmes como los erigidos por el neofolk, la banda francesa consigue sorprendernos muy gratamente con composiciones dinámicas, rebosantes de fuerza y un cierto sabor onírico, con las que consiguen ganarse un merecido respeto. Desde Nomelody animamos a todos los amantes de los sonidos alpinos de finales de los noventa y el nuevo siglo a descubrir una banda que seguro dará que hablar en los tiempos que están por venir.
Fernando O. Paíno
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