Madrid. 30 de marzo de 2019 - promotor: Humo - Palacio de la Prensa
Reserva Espiritual de Occidente volvió a certificar que se encuentra inserto dentro de la plétora de bandas hispanas más interesantes de estos últimos tiempos. El conjunto capitaneado por Svali y Wences Lamas ha ido moldeando con ayuda del paso del tiempo un estilo muy personal e intimista que coquetea abiertamente con el influjo del post-rock y ciertos destellos industriales, complementando todo ello con un sabor mediterráneo aportado por las líneas de trompeta.
Su último trabajo recientemente editado por el sello Humo, “El Cristo de La Atlántida”, se presentó ayer 30 de marzo en el icónico Palacio de la Prensa de Madrid. En esta ocasión, la banda madrileña jugaba en casa, no obstante este último detalle puede ser un arma de doble filo que acrecienta la tensión de los músicos al observar entre el publico un pelotón de rostros conocidos. Independientemente del apunte, el conjunto salió airoso de este reto, regalándonos una colección de cortes intensos y sentidos.
Tras la enigmática actuación de los también madrileños Somos La Herencia, el quinteto conformado por Fernando Bertola a la batería, David T. Ginzo al bajo, Javier Monreal como trompetista, Wences Lamas a la guitarra y Svali como entidad ideológica, demiurgo conceptual y hacedora de metafísica, conquistaban un escenario oscuro y desnudo. Ellos se encargarían de andamiarlo y ornamentarlo elegantemente a base de sonido, conformando impactantes y vistosas murallas acústicas engalanadas por medio de melodía que sobresalen por su interesante estética.
El repertorio se inauguraba con “Kybalion” y “La Nueva Sangre”, para dejar paso a cortes incluidos en su última propuesta, como “Cruz de un Niño”. Reserva Espiritual de Occidente se mostraba en plena forma, desafiando a las limitadas capacidades sonoras de la sala, que se comportaba de la misma forma que un elefante tratando de ser encorsetado. La potencia que el conjunto emana es tan salvaje y directa que los limitadores del equipo se resentían, pidiendo clemencia con las rodillas clavadas en el suelo.
Cela volvió a cautivarnos con sus ademanes y esa enigmática y agridulce voz que sólo ella puede entonar, ofreciendo al público mucho del repertorio contenido en “El Cristo de la Atlántida”. Invocaron cortes como “Tatenokai”, “Torre de Hércules” u “Obtención de la Sabiduría”. Esta dinámica nos permitió elaborar una analogía entre lo presentado en estudio y lo dispuesto en directo; y, la verdad, es que me quedo con la última premisa. Si REO destaca por algo es por saber envenenar el ambiente sin que nadie se percate de ello, subsumiendo a todos los asistentes en una opiácea nube eidética sobre la que Svali nos narra tragedias como si fuese un rapsoda. Por su parte, Wences nos impresionó con el único tema en el que canta dentro de este álbum, “Aquí Manda Dios”, certificando una vez más que REO no es un esquema preestablecido, sino que, como la vida en sí misma, está repleto de fluctuaciones marcadas por el deseo del destino, algunas buenas y otras no tanto, y que el hecho de superarlas les hace ser cada vez más fuertes.
https://reservaespiritualdeoccidente.bandcamp.com/album/el-cristo-de-la-atl-ntida
Fernando O. Paíno
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