Brillante, camaleónico, desconcertante y enfermizo
GH Records - Noviembre de 2018 - post rock/experimental/ritual - GH 140 CD
Pylares
El primer signatario ante el Arcano
La Gran Luminaria
El más anciano de los errantes
¡Alzaos, oh, puertas eternas!
El secreto de las sendas
Pylar es una de las ofertas más singulares e insólitas del panorama independiente hispano. Su estilo es mutable e inconsistente. Saben moverse gracilmente entre el metal y el experimental para gestar un estilo muy particular que abraza subgéneros como el doom y el post-rock de talante oscuro y cabalístico. Todo ello y nada de eso. Pylar son únicos en su especie, y “Orýgenes” se encarga de constatarlo.
Si creías que, a estas alturas, una banda patria no sería capaz de dejarte con la boca abierta, ha llegado el momento de que descubras a Pylar. Este conjunto andaluz se ha ido ganando el respeto del público y la crítica durante estos últimos cinco años gracias a trabajos tan remarcables como La Gran Obra ( 2016) o Pyedra (2016), en los que ha dejado claro que establecer un hilo conductor en su sonido resulta harto complejo. La banda no se anda con estereotipos, es más, huye de ellos con el fin de gestar un estilo brillante y camaleónico, siempre desconcertante y enfermizo.
Dentro del misticismo que indefectiblemente les rodea, Orýgenes quizá sea la propuesta más turbadora de su discografía. En ella se recogen nada menos que las demos de lo que por aquellos primeros años de la segunda década del nuevo siglo basculaba entre un trío y un cuarteto. Lo que se encierra en este impactante CD publicado por la discográfica valenciana GH Records es cuanto menos epatante: una mezcla idónea de ocultismo, melodías aplastantes y atmósferas viciadas por el desconcierto y la angustia. Canciones que se sostienen en el malestar y la expectación alimentada por el propio oyente, cólicos convertidos en sonido. Pura aflicción solidificada.
El trabajo abre sus puertas con “Pylares”, un tema cuyo cometido queda más que claro: certificar que la banda no se anda con complacencias estéticas. Emana solemnidad y frío. La férrea dirección unilineal de sus percusiones nos introduce en una marcha marcial que en alguna ocasión rememora momentos de Rosa Crvx. Vale la pena detenerse en temas de la talla de “La Gran Luminaria”, una acongojante maldición acústica de talante reduccionista -si en lo que a composición melódica nos referimos-, que hará salivar a los seguidores de los primeros trabajos de Ain Soph. Pero si buscas emociones fuertes, recomendamos no pasar por alto su cuarta propuesta, “El más anciano de los errantes” pura divagación musical que se torna en auténticas pesadillas en las que el silencio es acuchillado a base de golpes de piano. La sangre brota en forma de palabras engullidas por su propia reverberación. Algo realmente magistral.
Orýgenes se despide de la misma forma que se dio a conocer, y no es otra que trastocando hasta al más escéptico. Si en “¡Alzaos, oh, puertas eternas!” descubrimos sin problema alguno esa matriz post-rockera de la que hablábamos al principio de este análisis, en el corte que clausura el disco “El secreto de las sendas”, vamos a hallar algo muy parecido a los Cluster de 1972, sobre todo si nos acercamos a cortes como “Nabitte”, en el que se desarrollaba un contexto tan indigesto y embarazoso como el que ahora Pylar nos descubre en estas primeras demos.
Orýgenes es un disco imprescindible tanto para entender la trayectoria de Pylar como para descubrir a este magnífico conjunto sevillano.
https://gradualhaterecords.bandcamp.com/album/or-genes
Fernando O. Paíno
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