CUARENTA AÑOS DE ESPLENDOR GEOMÉTRICO

Esplendor Geométrico cumple cuarenta años de existencia. La banda que revolucionó el panorama ruidista peninsular, y que ahora presenta su último trabajo, «Cinética«; se encumbra por opinión popular como uno de los máximos representantes del movimiento industrial de este planeta maldito llamado Tierra. Charlamos con Arturo Lanz, alma máter del conjunto, que nos cuenta en exclusiva para NOmelody muchas anécdotas nunca antes oídas referentes al surgimiento del proyecto y la evolución de este. 

 

 

Situémonos en el año 1980. Juan Carlos Sastre, Gabriel Riaza y tú decidís escindiros de Aviador Dro para crear algo único y novedoso dentro de los sonidos peninsulares. ¿Qué os llevó a crear Esplendor Geométrico? ¿Por qué elegisteis este nombre?

En el año 1980 El Aviador Dro quedó finalista en el concurso de rock Villa de Madrid, y ese premio nos abrió la posibilidad de grabar un larga duración en Moviplay.

Dentro de Aviador Dro había diferencias en la música que nos gustaba a cada uno, pero en general coincidíamos bastante. A Servando le gustaba mucho, como a mí, TG, y a mí me gustaban también Devo, Ultravox y Joy Division, como a él. Lo que ocurrió fue que esa brecha se fue ensanchando poco a poco, y yo me decanté por la línea de TG y Cabaret Voltaire, y Servando por el lado más tecno-pop.

Durante el verano de 1980 nos quedamos solos en Madrid Juan Carlos, Gabriel y yo, y empezamos a componer temas un poco más minimalistas que El Aviador Dro, aunque podrían haber estado perfectamente en el repertorio de la banda. No hubo ocasión de trabajar con esos cortes todo el grupo, ya que nada más venir de vacaciones el resto del Aviador Dro, nos metimos en el estudio a grabar el vinilo con Moviplay.

Durante la grabación hubo algunos roces derivados de las diferentes formas de entender la interpretación de los temas, y unido a los fuertes egos que los chavales de 17 años suelen tener, la cosa derivó hacia el abismo justo después de acabar la grabación. Se disolvió el grupo.

Después de unos días un poco estresantes, decidimos crear otro grupo cuyo nombre (Esplendor Geométrico) procedía del mismo contexto con el que nombramos al Aviador Dro: un libro sobre los mismos que tenía Servando.

 

Los comienzos nunca son fáciles. ¿Por qué y cómo os dio por haceros con un MS20 y crear temas tan abrasivos como los presentados en “Necrosis en la Poya” y “EG1”? ¿Fue una tarea complicada, u os dejasteis llevar por el instinto creativo?

 

El MS20 se lo compró Juan Carlos después vender su guitarra, y Gabriel ya tenía el MS10. Yo me quedé con la caja de ritmos que usaba al principio el Aviador Dro, y conseguimos un eco y un micrófono. También compramos un magnetofón de dos pistas. Además de esto, teníamos un sintetizador de guitarra de Juan Carlos, aunque no lo empezamos a utilizar hasta un poco más adelante.

Los temas del primer sencillo se grabaron en casa de Gabriel, después de deshacernos del primer repertorio de EG, que incluía «Moscú está Helado», y radicalizar el sonido de nuestros temas. Las voces eran tratadas a través del eco.

Todo fue muy intuitivo. EG1 también se compuso así, pero ya desde mi casa, ya que a Gabriel le prohibieron que siguiéramos componiendo en su casa debido al impacto que el primer sencillo causó en la madre y el hermano de Gabriel.

 

¿De qué manera llevasteis al prensaje “Necrosis en La Poya”? Sé que la edición de este disco guarda más de una anécdota divertida. ¿Podrías contarnos algo más sobre él?

 

Se hizo a través de TIC-TAC, una compañía que hacía vinilos a demanda. El disco fue posible gracias a un mecenas que nos vio en el segundo concierto de EG en 1981 en la sala El Jardín. El repertorio del concierto era de la primerísima época, es decir, bastante más techno que industrial. Me imagino que el mecenas se hubiese esperado un tema como «Moscú está Helado» en el sencillo, pero optamos por los temas que estábamos haciendo ya («Necrosis en la Poya» y «Negros Hambrientos«, aunque también podríamos haber puesto «Destrozaron sus Ovarios» o «Quince años Tiene mi Amor«). Después de empezar a distribuir el sencillo, dejamos de tener noticias del mecenas…

La distribución la hacíamos nosotros llevando los discos a las tiendas, y por correo. Gabriel era el que se encargaba, y creo recordar que Andrés empezó también a ayudarnos en la distribución. La portada era bastante impactante, y siempre había comentarios bastante explícitos.

 

interior de la casete EG1 ESPLENDOR GEOMETRICO.jpg

 

A raíz de ese disco muchos empezaron a ignorarnos, sobre todo después del concierto en Rockola, donde presentamos en disco. Este concierto que fue una confirmación de que éramos un bluf, y que no íbamos a durar mucho tiempo después de la escisión del Aviador Dro.

 

¿Cómo surgió la alianza Andrés Noarbe – Esplendor Geométrico?

No se puede decir que fuera una alianza. Andrés siempre estuvo desde el principio, aunque no era miembro del grupo como tal. Era de las pocas personas que nos apoyaba, y además nos ayudaba con los asuntos de intendencia. Era amigo de la infancia de Gabriel y Juan Carlos, y siempre estábamos juntos. Íbamos a su casa todo el tiempo, y allí escuchábamos las cintas y discos que se compraba. Fue un poco más adelante, con el primer LP, cuándo ya se puso más en serio con la distribución junto a Gabriel.

 

Una poesía tan cuidada como la presente en “Destrozaron Sus Ovarios”, “Muerte a Escala industrial” o “Negros Hambrientos” es, cuanto menos, difícil de conseguir. ¿Qué nutría tu genio creativo por aquel momento?

 

(Risas) La letra de «Negros Hambrientos» era de Juan Carlos, que estaba más elaborada. Las letras que transcribía yo procedían de periódicos de sucesos, o de lecturas que algunas veces cambiaba y otras no. No había mucho genio creativo en las letras, más que nada un deseo de epatar y de “hacer amigos”. Poca gente pensaba que éramos unos tíos equilibrados después de oír esas letras.

 

 

Sois una de las pocas bandas de la nueva ola hispana que pega un salto internacional en poco tiempo, triunfando en países como Alemania o Inglaterra. ¿Cómo contactasteis con sellos como Datenverarbeitung o Broken Flag con la intención de participar en sus recopilatorios?

Ellos contactaron con nosotros. Nunca hemos sido muy proactivos. Después de que «Moscú está Helado» se publicase en Alemania nos contactó mucha gente, y después de EG1 también. Estos contactos se consolidaron cuando apareció el primer LP. De todas formas, lo de triunfar en Alemania o Inglaterra me parece, cuanto menos, excesivo…

 

Con Kosmos Kino se inaugura una etapa mucho menos ruidista dentro del ideario del conjunto. ¿Por qué decides rebajar el ímpetu hiriente y desgarrado que caracteriza a los primeros tiempos?

Empezamos a trabajar más con los ritmos, que yo creo que siguieron siendo, en algún sentido, hirientes y desgarrados, sobre todo para los oídos finos.

 

Esplendor 6. 1986.jpg
EG. 1986

 

Lleváis tocando toda la vida. ¿De los innumerables conciertos que habéis dado, cuáles recuerdas con más cariño y por qué?

Los que más recuerdo son los que han significado un aporte personal: todos los de Tokyo, ya que me encanta esa ciudad; el de Santiago de Chile que fue el primero en Sudamérica; los de USA, los del Reino Unido, los de Moscú, la primera gira por Europa con Dirk Ivens en los 90, el de Tolosa, el de Madrid en la sala Macumba, los del colegio Chaminade en los 90, el de Burdeos en los 80; el de Roma que organizó Saverio, también en los 80, y el primero de todos en la tienda de discos Vanguardia en el 81.

 

He tenido el placer de entrevistar a muchas bandas importantes del movimiento industrial, y al preguntarles por sus influencias la gran mayoría de ellas ha citado a Esplendor Geométrico como una de las principales. ¿Qué se siente al ser un referente del movimiento industrial?

La verdad es que no tengo conciencia de que sea un referente. Yo creo que pocos grupos están activos durante 40 años sin interrupciones y de ahí viene lo de ser referentes. No hay nada como perseverar para pasar a la posteridad, aunque sólo sea por cabezonería.

 

Hablando de influencias… ¿Cuáles fueron tus principales influencias a la hora de orientar el sonido de EG?

Ahora, la única influencia que tengo son las posibilidades que me proporcionan los utensilios que utilizo para componer. Escucho mucha música y me gusta una gran variedad de géneros, aunque no te sepa decir casi ningún nombre. En los comienzos, fueron TG, y Cabaret Voltaire.

 

Con la inclusión de Saverio Evangelista al proyecto, allá por los años noventa, la banda inaugura un nuevo sonido que se mantendrá hasta la actualidad. ¿Cómo conociste a Saverio y de qué manera encajó dentro de EG?

Pues un buen día, yo diría que en el 84 u 85, apareció por casa y nos hicimos colegas. Después nos organizó un concierto en Roma en el 86, y empezamos a vernos cada año en Madrid porque venía a pasar vacaciones en España. En el 90 yo me fui a vivir a Palma de Mallorca, y cada año venía a pasar unos días. Durante esos tiempos empezamos a hacer cosas juntos, y de una forma natural se incorporó a EG. Hicimos un concierto juntos los tres, Saverio, Gabriel y yo; y después de ese concierto, poco a poco Gabriel fue dejando de ir a dar conciertos y dejó el grupo.

 

Por qué eres tan reacio a tocar en directo el tema por el que EG es más conocido, “Moscú Está Helado”?

No soy reacio, lo que pasa es que ese tema no tiene que ver nada con EG. Comprendo que le guste a la gente, porque es un corte cuasi pop que podría haber tocado Aviador Dro perfectamente. A mí me gusta también. A ver si hacemos una versión y lo deconstruimos…

 

Recuerdo estar hablando en el aeropuerto con Dirk Ivens (Dive) y que me comentase que eras una de las personas con más energía que conocía. La gente de cuarenta años tiende a quedarse en su casa los fines de semana, sin embargo tú eres capaz de seguir tocando sin cesar desde hace el mismo tiempo que sus vidas y cruzar el Pacífico ida y vuelta en 72 horas para cumplir una sola fecha. ¿De dónde sacas este impulso vital?

La verdad es que no me canso mucho. Corro todo los días de la semana 12 km, y los fines de semana 30km. Necesito tocar en directo, y me compensa horas dentro de un avión para disfrutar de una cosa que valoro como única, y además me considero un afortunado de poder hacerlo.

 

Este año ha visto la luz vuestro último trabajo Cinética. Me ha sorprendido mucho la dinámica que adopta este disco, así como la cuidada yuxtaposición de capas que presentan la gran parte de los cortes que lo dan forma. ¿Podrías hablarnos un poco de él?

Disfruté mucho haciéndolo.

 

¿Cómo percibes el futuro de Esplendor Geométrico? ¿Tenéis pensado seguir dando guerra?

El futuro es el presente, y en este momento estamos más activos que nunca. Me imagino que EG en directo durará hasta que tenga algún problema de movilidad, y componiendo hasta que tenga lagunas mentales que me impidan disfrutar, o que acabe en un geriátrico y no pueda tener mis cosas para componer. Es decir, todo dependerá de causas externas que me impidan una vida normal.

 

 

Fernando O. Paíno

 

 

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