KOLLAPS – “UNTIL THE DAY I DIE”

Una puñalada directa a la garganta

Cold Spring - Junio de 2022 - industrial - CSR309CD

Relapse Theatre

D-IX

I Believe In The Closed Fist

Hate Is Forever

The Hand Of Death

Until The Day I Die

Iron Sight Halo

El trío australiano Kollaps regresa a la actividad editorial con “Until The Day I Die”. Siete temas rebosantes de energía y sabor industrial combinado con esquemas rítmicos de influjo punk y metal. Una combinación perfecta para todo amante del post-industrial bien entendido. 

Tras una serie de giras por gran parte de Europa, el ahora trío de origen australiano Kollaps vuelve a encerrarse en los estudios para dar a luz un disco absorbente y triturador. Until The Day I Die ha sabido distanciarse de su lanzamiento predecesor Mechanical Christ (2019) tanto en forma como en contenido.  En esta ocasión los temas que andamian el disco muestran una estética mucho más abierta y acometedora, centrada en estructuras rítmicas que ocasionalmente se emparentar con influjos punks y metal, pero sin perder en ningún momento la orientación industrial por la que este combo es conocido. 

Su primer corte, “Relapse Theatre”, se presenta con un buen puñado de cacofonías y disonancias que van evolucionando hacia cadencias incisivas y punzantes aderezadas por un juego vocal que nos puede evocar aquellos primeros tiempos de G.P. Orridge en Throbbing Gristle. Toda una declaración de principios y a la vez un deleite para los acólitos de esta banda. 

El panorama se enturbia todavía más según va avanzando el disco. “D-IX” muestra un tempo sosegado que sabe reforzarse según avanza la tonada, el paroxismo se apodera del contexto hasta derivar en un verdadero apocalipsis acústico ejemplarmente ejecutado.

I Believe In The Closed Fist” es el corte más extenso de este álbum. En él se rescatan ciertos planteamientos presentes en Mechanical Christ, pero escorándolos hacia una perspectiva mucho más acometedora y beligerante, donde se juega con una constante fluctuación de intensidades. Mención obligatoria merecen el juego de percusiones, algo por lo que la banda destaca en sus directos. He tenido el placer de compartir escenario con ellos y debo añadir que tanto sus recursos acústicos como su puesta en escena son impresionantes. 

Hate Is Forever” resume en algo más de cuatro minutos la ira que el disco comprime. Sin lugar a dudas uno de los mejores cortes del trabajo, quizá un poco inclinado hacia sonidos metal por causa de la línea de bajo y las intermitencias en lo referente a la cadencia, pero los enjuagues de ruido que le acompañan de principio a fin nos recuerdan por qué senda camina la banda. 

Algo parecido le ocurre a “The Hand Of Death”, en la que se realiza una fabulosa combinación de ritmos y Wade Black lo da absolutamente todo de sí. Cabe destacar la genial combinación de ruidos blancos que se encargan de vestir de desgarros un sonido aplastante que evoca de alguna forma a los primeros Swans.

Y si quedaba alguna duda del influjo de los neoyorquinos en esta banda australiana, el tema que da nombre al álbum se encarga de certificárnoslo. “Until The Day I Die” se emparenta directamente con los mejores momentos de Gira en solitario. Hablamos de un tema repleto de magia, vestido a base de guitarra y voz, intimista, marcado por el existencialismo. Un recurso para tomar aire y prepararse para la última acometida. 

Iron Sight Halo” esputa todo el odio que quedaba dentro del alma del disco, y éste todavía era bastante. Hablamos de otra de las grandes sorpresas del elepé. Destaca por su malevolencia y las descargas de furia que envuelven al corte.

Until The Day I Die es un disco que destella por su equilibrio y excelente producción. La banda ha sabido demostrarnos su maestría compositiva y su don creativo, dos razones de peso para descubrirlo. 

Al igual que pasó con su anterior lanzamiento, el sello británico Cold Spring ha sido el encargado de la edición. En esta ocasión ha sido publicado en dos formatos distintos, vinilo y CD. 

Fernando O. Paíno

Kollaps – «Mechanical Christ»

 

 

Asfaltando cementerios

4-estrellas

 

Cold Spring – Mayo de 2019 – industrial - CSR269

 

Si sientes pasión por los sonidos pulsados y aplastantes, Kollaps es definitivamente tu nueva banda de referencia. Este conjunto australiano presentó este año su segundo larga duración, “Mechanical Christ”, un álbum hermético y directo en el que se combina el ritmo y la vehemencia vocal con la rabia industrial.

 

A pesar de la escasa andadura de esta banda, tan solo cuatro años, Kollaps ha sabido ganar en poco tiempo una notoriedad que les ha llevado a recorrer toda Europa presentando su último trabajo Mechanical Christ.

El estilo del conjunto australiano se encuentra directamente influido por los primeros trabajos de Swans, centrando su atención en Greed, Holy Money o Public Castration Is a Good Idea, en los que hallábamos sin dificultad alguna grades descargas de presión, sonidos asfixiantes que se abrazan de manera intermitente al silencio y voces tamizadas por el hieratismo y la apatía. Mechanical Christ tiene mucho de esto, y prueba de ello la encontramos en cortes tan bien logrados como “Blood Premonitions”, en el que casi podemos saborear ese gusto por la angustia. El disco en su totalidad no deja lugar al optimismo. Kollaps tenía muy claro desde el principio la idea que quería desarrollar y no ha dudado un segundo en llevarla a cabo.

A diferencia de la banda anteriormente citada, Kollaps se declina por introducir en gran parte de su repertorio líneas de drones producidos por sintetizador, como podemos comprobar en «Traducer«, aportando de esta forma una coacción sonora que oprime de forma inexorable al oyente. Y es que los juegos de percusión realizados con instrumentos customizados por los propios miembros a base de material de fábrica, contando con muelles, resortes y placas de metal, es un recurso decisivo que dota de mucha personalidad a su música.

 

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Cierto es que el planteamiento en estudio de Mechanical Christ difiere notablemente de su ejecución en directo. En estudio la banda logra sonar mucho más oscura e intimista que sobre el escenario, donde alcanzan un paroxismo que se contagia entre el público.

Conviene destacar temas tan recomendables como “Love Is a War”, con el que clausuran el álbum. Una tonada que juega con intervalos acústicos atragantados por bloques de pura exasperación que no para de escalar en intensidad.

Este genial trabajo ha sido editado por la casa británica Cold Spring en dos ediciones diferentes, vinilo y CD, y todavía puedes encontrarlo disponible en el catálogo del sello.

 

 

Fernando O. Paíno

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